martes, 15 de marzo de 2011
EL REPARTO DE ASIA
Inglaterra ya poseía asentamientos en la costa atlántica (Gambia, Costa de Oro, Nigeria) y en el Golfo de Aden (Somalia), dirigió sus esfuerzos expansionistas a explorar nuevos territorios del interior de África que se extendiera de norte a sur. Francia ocupó los territorios de África, en el reparto participaron también otros países: Portugal colonizó Cabo Verde, Angola y Mozambique, Alemania ocupó Togo, Camerún, África de Suroeste y Tanganika y España, Río de Oro, Guinea Ecuatorial y una pequeña zona del protectorado de Marrueco.
La influencia que el proceso colonizador ejerció sobre la demografía quedó evidenciada, en principio, en la disminución de la población indígena, cuyo sistema inmunitario no resistió las nuevas enfermedades traídas de Europa; además, las guerras de resistencia al colonizador europeo y las malas condiciones de trabajo redujeron las cifras de población nativa.
El proceso colonizador despertó rivalidades y contribuyó a la formación de grandes bloques militares, factores capitales en el desencadenamiento de la primera guerra mundial, mientras que, en el plano intelectual, contribuyó a renovar las corrientes estéticas y de pensamiento a través de las aportaciones de nuevas culturas que se hicieron evidentes en el arte y en la evolución cultural contemporáneos.
Toda esta nueva economía propició la creación de una nueva clase social: una burguesía formada por terratenientes, administradores, comerciantes y representantes de los gobiernos de la metrópoli que, poco a poco, se convirtió en una minoría dominante distanciada de la población local, la cual quedó limitada a ser integrante de un proletariado que trabajaba en las plantaciones o en el tendido de las vías de comunicación, en condiciones ínfimas, aunque sin experimentar ningún tipo de conciencia de clase.
El Asia suroriental está controlada, colonialmente, por alemanes, franceses, ingleses, holandeses y portugueses. Todo el país está bajo dominio colonial, excepto Siam (Tailandia). El colonialismo termina con el régimen feudal de las sociedades surasiáticas, y fomenta el nacionalismo separatista de corte occidental. Las reivindicaciones de este nacionalismo son las mismas que las de Europa liberal en el siglo XIX: una democracia liberal.
En todas las colonias arraigan fuertemente las ideologías occidentales: nacionalismo, liberalismo y socialismo. Sin embargo, las libertades de las democracias europeas no se daban en estos territorios.
La primera guerra mundial agudiza las contradicciones coloniales en estos países. Se organizan huelgas, el socialismo crece como reacción al colonialismo y a la nueva sociedad burguesa indígena.
El crac y la crisis del 29 afecta rápidamente a las colonias, que tienen una economía dependiente del mercado internacional, y se radicalizan las posturas, tanto nacionalistas como socialistas. En el año 1930 se generalizan las revueltas y las huelgas por toda el Asia. En Vietnam la lucha por la independencia la capitalizan los comunistas, así como en Birmania, Filipinas o Malasia donde intentan dar un golpe de Estado en 1930. La crisis se resuelve, por parte de todas las metrópolis, con una mezcla de paternalismo y de represión armada.
En 1940 estalla la guerra en el Pacífico. Los japoneses fueron recibidos como liberadores del poder colonial, por todos salvo por los comunistas, que organizan la resistencia anti japonesa. Pero al poco tiempo la burguesía nacionalista se da cuenta de que los japoneses son una potencia colonial como las europeas, y con un poder más absoluto.
El Asia oriental se encuentra con un nuevo poder colonial, y organiza la resistencia armada. Las funciones administrativas y la industria habían pasado de manos europeas a manos indígenas, aunque con los japoneses su poder de decisión fuese muy pequeño.

El Neocolonialismo
Se trata de "el dominio o influencia de las grandes potencias sobre países políticamente independientes, para asegurarse la explotación de sus recursos económicos y su fidelidad diplomática. Como el colonialismo, es otra forma de imperialismo, pero, a diferencia de aquel, no violenta, al menos teóricamente, las instituciones soberanas del país dominado; solo se asegura el control económico". No se trata de algo nuevo, ya lo practicó USA en Sudamérica durante el XIX. Se trata de mantener las ventajas económicas, los mercados y los proveedores de materias primas pero sin ninguno de los inconvenientes de sistemas anteriores.

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